El Tai Chi Chuan no requiere cualidades físicas especiales. Se verán beneficiadas todas las personas que quieren mejorar su salud física, su estado emocional, o quieren encontrar un arte marcial interno de gran eficacia o un camino para la realización personal.

Durante centenares de años, este arte ha ido desarrollándose en diferentes estilos, siendo el estilo Chen el más antiguo y el estilo Hun Yuan el más contemporáneo. Las prácticas de cada estilo son muy variadas, pero todas ellas llevan a la misma finalidad que puede resumirse en tres aspectos:

Terapéutico

Practicar asiduamente el Tai Chi Chuan disminuye las dolencias físicas, problemas respiratorios, circulatorios, digestivos, nerviosos y articulares. Durante la práctica de Tai Chi, estiramos y retorcemos músculos, tendones, articulaciones, meridianos y órganos internos, limpiando estancamientos y equilibrando energéticamente, al estimular la circulación de Qi. Ayuda a adquirir hábitos de vida más saludables y a paliar los efectos negativos del estrés y del sedentarismo, causa de múltiples problemas de salud, y puede ser un excelente complemento para algunas rehabilitaciones fisiológicas.

Investigaciones clínicas llevadas a cabo en China y en Estados Unidos han confirmado los efectos beneficiosos del Tai Chi Chuan en diversos tratamientos médicos y lo recomiendan como método preventivo para muchas enfermedades.

Marcial

Siendo el Tai Chi Chuan en su origen un arte marcial, cada uno de los movimientos de la forma es una técnica. A diferencia de las técnicas de los estilos externos, las aplicaciones marciales del Tai Chi Chuan están reforzadas por la potencia interna. Cada golpe del Tai Chi Chuan es una descarga de toda la potencia energética cultivada. Se ha infravalorado su efectividad marcial, quizás por la apariencia de sus movimientos tan relajados. Precisamente a través de esta relajación consciente, el practicante logra liberar la potencia interna de modo contundente cuando ha alcanzado un gran cultivo del Qi y un total dominio de los movimientos de la forma.

Así, el Tai Chi Chuan es un sistema de defensa personal sofisticado y efectivo que nos proporciona seguridad y nos permite conocer nuestra propia fuerza y la de los demás.

Meditativo

La calma mental nos ayuda a transformar las energías primarias en otras más sutiles, que nos armonizan con la naturaleza y el movimiento. Esta es la función de la meditación, ya sea estática (en postura sentada o de pie wuji zhan chon) o dinámica (ejercicios de Chi Kung y formas de Tai Chi, secuencias de movimientos encadenados que se ejecutan de manera lenta, continuada y fluida en sintonía con la respiración). Esta transformación equilibra las energías Yin y Yang que conforman y rigen nuestro cuerpo. Potencia y canaliza los efectos positivos de los ejercicios energéticos de Chi Kung para restaurar los desgastes de nuestro sistema energético.

Meditar es tomar conciencia del Todo, centrarse en uno mismo, estar en el momento presente sin agitaciones mentales.

En la actualidad, hay mayores facilidades para desarrollar estos tres aspectos, puesto que muchas técnicas que antes se mantenían en secreto y sólo se enseñaban a los practicantes discípulos más selectos, se transmiten ahora abiertamente, con el fin de aliviar el sufrimiento y beneficiar a todos los seres, que es la motivación principal y última que han transmitido los maestros de nuestro linaje.

Como decía el gran maestro Feng Zhi Qiang de nuestro linaje “el método correcto y la constancia son los pilares fundamentales para el progreso del practicante”.