Dentro de la práctica de Chi Kung existen distintos tipos: desde un Chi Kung de estiramiento de tendones y meridianos hasta un Chi Kung más alquímico, que trabaja con los 3 tesoros (Shen, que es el espíritu original innato, Qi, que es la energía original innata de la naturaleza y el Jing, que es la esencia vital, la energía sexual). Esta trinidad tiene que fusionarse en una unidad para encontrar de nuevo el equilibrio, para entrar en una ecuanimidad dentro de este mundo tan cambiante.
Estamos expuestos cambios continuos y rápidos que nos influyen emocionalmente. Y nuestras emociones están vibrando en nuestros órganos, que tanto pueden entrar en equilibrio como en desequilibrio.
Por ello es importante aprender a buscar el equilibrio a través de la práctica de Chi Kung para tener mayor entendimiento de cómo funcionamos y podamos proponernos que todo lo que nos rodea funcione mejor.
Pero también es importante tener el propósito de querer cambiar a mejor, ya que la ley de causa y efecto la creamos nosotros mismos. No podemos quejarnos de que el mundo sea injusto o decir que Dios es injusto, porque nosotros mismos somos los que estamos proyectando, nosotros somos parte de ese Dios, de este Tao, de la Vacuidad, el principio de esa energía universal materializándose en materia y la práctica nos ayuda a buscar el punto de equilibrio para volver a la unión de toda esa energía, como las gotas de lluvia que van cayendo en el océano y quedan indiferenciadas al mezclarse con el agua de ese mismo océano.
Os dejo dos vídeos interesantes, del Maestro Pedro valencia: el primero, para reflexionar sobre los miedos y, el segundo, para limpiar las emociones del cuerpo.